dijous, 18 de desembre del 2014

...eras primavera

Te introducías sin avisar en mis versos más sinceros, intrusa. Tenías el don de aparecer en el momento más inoportunamente oportuno. Y es que cualquiera en su sano juicio enloquecería por hacerte aparecer en su vida (y yo esperaba que permanecieras en la mía solo un poco más). Persigo ese movimiento de  caderas, que marea y a la vez exaspera. Eras primavera en el calendario de mi  puerta, esa brisa que abanica y eriza hasta el vello más corto. ¡Siento todas estas metáforas!, recuerdo que te encantaban... ¿Recuerdas tu aquel vals? Ganámos el primer premio esa noche. ¡Y qué bonitas e infinitas tus piernas entre el vuelo de ese vestido!
Las que sí deben recordarte son mis sábanas, aún me empapa ese aroma a Nº 5 cuando me arropo. Prometí comprarte todos los frascos que te hiciesen falta. Aunque quizás, solo me hacían falta a mi. Y es que, aún me aferro  al  frasco que dejaste en casa. Y es lo único que me queda: perfume, un trofeo de una noche inolvidable, y ese calendario el cual (obviamente) incluye marzo. Y ya sabes, primavera.

dimecres, 5 de novembre del 2014

Hoy brindo por mi

Hoy celebro que, un año más, sigo viva. Hoy brindo por mi, por ti, por los míos. Por mi aterrador pasado, mi futuro incierto y el presente que vivo. Y alzo la botella bien alta,  desafiando al cielo, como si alguien aceptase el reto. Y dejo escapar un fuerte soplido, que consuma dieciséis velas de golpe, marchitando la llama que quema cual hoguera. Y con este, toda la mierda que acumulo hace un año.  Y deseo con todas mis fuerzas, que este sea el menos malo de mis deciséis años, que ya toca ser feliz. Me emociono con los que me rodean a mi, y a esta tarta con dieciséis velas. Les doy las gracias por encenderlas conmigo, por cruzarse en mi vida sin permiso, y no huir de esta. Porque cada vela es un año, años de emociones, a zancadas o trompicones. Viviendo o sobreviviendo, ¡y qué más da! Ellos me mantienen en el suelo, que es mi cielo, mi vida, mi historia, mi lucha, mi año. Y gracias.

dimecres, 24 de setembre del 2014

¡no es justo!

Escribo las mierdas que me hacen pensar en tí, me colapsan los huesos como tu hacías con tu mirada. Y no, joder. Quiero volver a escribir sin tu memoria. Sin que el eco de tu voz se refleje en mis versos y tu manera de sonreír se plasme en mi prosa. Porque ya no hay poema sin tu rastro, ni relato sin un recuerdo. Y no vale, estás haciendo trampas. Como cuando decías haber contado hasta cien y no llegabas a cuarenta, y no tapabas del todo tus ojos para saber donde me escondía. Y corrías detrás mío y me agarrabas del vestido, y me tocaba contar a mi otra vez.
           
         - ¡No es justo, Mamá! - me quejaba.

Y tanto que no lo es, querida.

dimecres, 3 de setembre del 2014

tercera estrella a la derecha

Sus pies descalzos colgaban suspendidos en  el aire, balanzeandose. No, no se trataba de un suicidio. Ella se sentía muerta hacía tiempo. Simplemente, era el mejor momento de sus días. Ese momento en el que se sentaba en el alzéifar de su ventana, cigarro en mano, preguntas en mente. Contemplaba las estrellas,  pensando en él mientras contemplaba una en particular. Alguien un día le dijo que las constelaciones cambiaban de coordenadas dependiendo de la estación del año, pero ella decidió hacer oídos sordos. Y cada noche, tercera estrella a la derecha, se preguntaba si él se fijaba en esa, y si en algún momento pensaría en ella.

diumenge, 27 de juliol del 2014

01/06/2013

Lo vi, era como mi pesadilla favorita. Las malas lenguas hablaban de él como de un idiota que se aprovechaba de cualquiera. Decidí no escucharles. Sus ojos, verdes esmeralda, miraban desafiantes, me calaban dentro. Y esa sonrisa ladeada, sabía como utilizarla, me miraba y se reía, pero no del todo, solo dejaba ver un poco de sus dientes, y cualquier chica imaginaba a estos en su propio cuello. Desde luego, ni la droga más cara podía hacerte soñar tanto como su sonrisa ladeada. No era gran hablador, hablaba lo justo y necesario para encandilarte con su voz. Tenía una actitud más bien distante y fría, no prestaba atención a nada que no le interesase. Y nunca le vi agarrado de una mano, nunca le vi unir sus labios con otros. En ese momento solo sabía su nombre, y en mis más remotos pensamientos juntaba nuestros apellidos, como si alguien pudiese llevarlos, y me di cuenta, que sonaban fatal, pero para mi sonaban perfectos. Solo estaba segura de algo en ese momento, estaba perdida por el, y me perdía en su forma de reír y de fumarse un cigarro, cuando el humo se mezclaba con su risa. También estaba segura de que seguramente nunca podríamos compartir ese humo, porque yo no estaba hecha para el, y el seguramente ya lo compartía con otra. Hasta que un día, comprove que no estaba en lo cierto, y que esa sonrisa de la que todos hablaban encajaba a la perfección con la mía. Y que nuestros apellidos, seguían sonando fatal, pero eso ya no nos importaba lo más mínimo. Porque no pensamos nunca en el día en que se tuviesen que juntar, solo pensábamos en juntarnos nosotros y juntar esas sonrisas tan encajables entre ellas.

dimecres, 2 de juliol del 2014

Sálvala tu, que ella no puede

Camina decidida, severa y tranquila. Mirando al frente, con la cabeza alta. Sin dar a entender superioridad, solo seguridad en si misma. Aunque ella sea todo lo contrario, indecisa, afable, nerviosa. Intentando evitar el contacto visual, intentando no dejar la cabeza gacha. Intentando hacerse respetar, derrochando seguridad fingida en si misma. Y la ves, caminando entre los pasillos, sintiéndose sola en un sitio con tanta gente. Mostrando esos blancos y relucientes dientes, con una sonrisa de oreja a oreja. Y con todo ese maquillaje que oculta su palidez, sus ojeras, que la oculta a ella. Se une a su grupo, intentando colarse en la conversación, intentando bromear y reír los chistes mas malos. Solo por disimular. Disimular su pánico a entrar en ese lugar, sus pesadillas, esas voces, su envidia a las otras chicas, las largas noches en vela, llorando sin consuelo. Mírala, mírala a los ojos y pregúntale que pasa. Seguramente te responderá con un sencillo y rotundo "nada", pero tu, observala, observa sus pupilas, sus párpados cansados, observala porque esta deseando que le salven. Porque ella sola ya no puede, porque esta sola, indefensa, y ella lo sabe. No aceptes un no por respuesta de ella, síguela, pero sin agobiarla, observala, pero sin intimidarle, sálvala, pero no tardes. 

dilluns, 23 de juny del 2014

Perdidos

Hacía tiempo que no me encontraba conmigo misma, perdida, caminando sin destino alguno, vagaba por las calles de mi mente. Buscando, quizás, un sitio. Hasta que me di cuenta, que por mucho que busquemos y creamos encontrar nuestro trono, siempre habrá alguien que lo ocupará antes. Y si, puede que no me queden ganas, porque al fin y al  cabo, me cansé de buscar hace tiempo. He llegado a una conclusión, y es que no tengo trono. Quizás, solo haya uno en toda la corte. Y creo, que nunca nadie podrá permanecer sentado. Porque nunca estamos contentos, siempre buscando más, sin dar importancia a quien nos da su tiempo, que es algo que nunca podrá recuperar, y sí, te lo está dando a ti, y tu, lo estás echando a perder. Somos tan materialistas, que ansiamos en conseguir lo que queremos, y no lo que necesitamos. Perdidos por mierdas pasajeras, dinero, sexo, drogas, fiesta y perder el tiempo. Oh, que bien se nos da. Tenemos un afán extraordinariamente enorme por lo material, perdemos el culo por lo que nos hace sentir superiores, ricos, poderosos. Sin darnos cuenta que, un par de bolsos nuevos, lo último en aparatos electronicos o cualquier moda cara, nunca nos llenará por dentro.
Y así, es como nos pasamos la vida entera, intentando llegar al máximo trono, sin darnos cuenta, que todos bailamos al mismo son, gritamos el mismo lema, y nos damos de hostias y seguimos bajando de rebote, a la vez, y no avanzamos, queriendo ir todos de golpe, dejando el trono más lejos aún.